Entre España y Filipinas. Historia de una ausencia
Genealogía de la familia Lobete (Becerril de Campos, Palencia)
El viaje de descubrimiento de mis antepasados españoles
Nací en San Francisco, California (EE.UU), mi niñez transcurrió en Filipinas, emigré a Australia, actualmente resido en Estados Unidos y el principio de esta aventura comenzó en febrero de 2017, cuando recibí mi análisis de ADN de un kit de ascendencia2. En el informe aparecieron algunos ascendientes de nacionalidades inesperadas. Un resultado que despertó mi curiosidad y suscitaba preguntas de importancia sobre mis filiaciones genealógicas.
Yo ya estaba advertido sobre mi ascendencia filipina y española, pero, en absoluto esperaba el registro de tantos otros orígenes como el judío ashkenazi, francés, británico y finlandés. Tocaba, por mayor proximidad, ponerse a la tarea de las filiaciones españolas. Con esta información y a través del citado sitio web, encontré a primos segundos que tenían más avanzada que yo la investigación genealógica familiar. La colaboración se hizo, felizmente, efectiva y pudimos trabajar juntos en las líneas familiares compartidas.
El avance se produjo sobre la ascendencia de mi abuela paterna, Mercedes García Cabas, nacida en Filipinas y de origen vasco-español. Gracias a los potentes recursos en línea3 en unas pocas semanas pude rastrear líneas ancestrales hasta alrededor de 1500 y otras probabilidades en el Medievo. Si por esta parte quedaba estructurado el mapa genealógico no sucedía lo mismo con la línea del abuelo paterno, el español Germán Lobete Pedraza, esposo de Mercedes, de quien se conocían pocos datos, menos aún de sus antepasados, y cuya trayectoria vital suponía una incógnita familiar. Por tanto, esta fue un trabajo que se imponía como principal.
Encontrar a German Lobete
Buscar el rastro de mi abuelo estuvo siempre muy presente en mi ánimo, en lo principal por el parentesco directo y cercano en el tiempo, y la circunstancia de que no lo conocí, pues marchó de Manila de vuelta a España cuando mi padre, Luis Lobete García, era un bebé, y nunca regresó con su esposa e hijo. La información concreta que tenía sobre mi abuelo Germán era escasa, se reducía unas pocas fotografías antiguas y al relato de mi padre durante mi infancia. Una narración que estuvo trazada por el resentimiento de mi padre, que se sintió un niño abandonado igual que mi abuela. Aparte de las suposiciones familiares, no hubo una motivación coherente que se diera por cierta para explicar el retorno definitivo de mi abuelo a España. Así pues, las preguntas y las emociones encontradas sobre el abuelo Germán siempre fueron un telón de fondo en la vida de mi abuela, mi padre y en la mía.
La historia contada del abuelo por la familia, de la que yo supuse otra parte, era que Germán fue a Filipinas en 1930, donde conoció a mi abuela Mercedes, se casaron y al año siguiente nació mi padre Luis, y que se fue de las islas porque no encontró un trabajo adecuado. A este bosquejo se sumó un epílogo sorprendente para mí, ya que mi padre poco antes de fallecer me confesó que, después de que la familia emigrara a Australia y tras el fallecimiento en 1977 de mi abuela, había indagado sobre el paradero del abuelo y viajó a Palencia para encontrarse con él. En ese año yo tenía unos 12 años y nada se me dijo por no inquietarme.
En aquel encuentro entre padre e hijo quedó de manifiesto que el abuelo nunca olvidó a su esposa e hijo. Durante todos aquellos años de ausencia los había tenido presentes y como prueba para mi padre Germán le enseñó una vieja y arrugada fotografía de Luis bebé que siempre llevaba en su billetera. Al año siguiente, 1978, Germán Lobete fallecía.
Para mí fue una tranquilidad saber que mi padre había dejado esta vida reconciliando sentimientos respecto al abuelo. Sin embargo, en el aire quedaron preguntas sin contestar sobre Germán: ¿Cuál fue su personalidad?, ¿por qué se fue y no regresó a Manila?, ¿cómo transcurrió su vida en España?, ¿de qué familia procedía?, ¿cuál era el perfil social familiar?, ¿había un secreto en mi familia al respecto?
la investigación
Los únicos datos documentados para comenzar la búsqueda procedían del registro de nacimiento de mi padre, en el que se indicaba que el abuelo Germán tenía en ese momento, 1931, 28 años y era originario de Palencia, difícil comienzo, ciertamente. Ninguna pista pude encontrar en el medio virtual después de mucho trabajo y en junio de 2017 decidí solicitar la ayuda de un profesional. Por fortuna, encontré en España a la historiadora y genealogista Mayte Díez Martín, situada en la zona castellana de interés para mi investigación. Fue un buen encuentro, porque su autoridad como historiadora fue decisiva no solo en la resolución de la genealogía Lobete, sino, también, en la escritura del perfil vital de mi abuelo. Por su rigor y dedicación: gracias.
Encontrar la línea genealógica de los Lobete en Becerril de Campos (Palencia) fue un logro de importancia que se redondeó con la suerte de un bien conservado archivo parroquial y las facilidades que dio el párroco, Jesús Manuel Herreros Recio, para la investigación. Quede patente en este escrito mi agradecimiento y el de Mayte a don Jesús, así como también a mi primo lejano Juan Manuel Monge Lobete por sus aportaciones a la investigación y a José Manuel Simón Alonso por su desinteresada colaboración y eficientes gestiones. Al fin, objetivo cumplido, la genealogía Lobete Pedraza de Becerril de Campos está averiguada en lo esencial.
En lo que respecta al detalle de Germán Lobete fue determinante la investigación en el Centro Documental de la Memoria Histórica, en Salamanca, archivo donde dirigieron algunos apuntes de hemeroteca y un correcto encuadre histórico de la figura de mi abuelo.
El retrato que se dibujó a través de la documentación de la Guerra Civil y de la represión franquista fue el de tres de los hermanos Lobete Pedraza, entre ellos Germán, defensores de la República y comprometidos con la izquierda obrera. Víctimas, claro, de la represión franquista institucionalizada. Aunque todavía nos faltan detalles de la represión de Germán, contamos con varios expedientes de los hermanos que aseguran su participación como combatientes en el bando republicano, el encarcelamiento y huida de las familias. Difícil sino imposible tuvo que resultarle a Germán en la inmediata posguerra del hambre, de la férrea represión y discriminación del personal “rojo”, regresar a Filipinas. Es muy plausible que al abuelo Germán le afectara la relegación de los vencidos a los peores trabajos y la imposibilidad de salir del país a cualquiera que tuviera antecedentes de desafectos al franquismo, pues detenidos en la frontera eran detenidos, encarcelados o fusilados.
Entre esta documentación destaca, por entrañable y conmovedora para mí, una carta manuscrita del abuelo Germán, en la cual, a un mes de comenzar la Guerra Civil, solicita trabajo en varios empleos para los que se dice capacitado. Corrían malos tiempos y a Germán no le iba muy bien la vida. Escribía desde Los Corrales de Buelna (Santander), donde al parecer residía junto a algunos de sus hermanos. De nuevo es una microhistoria, ahora del movimiento migratorio al norte peninsular desde Castilla. Los hermanos Lobete Pedraza dejaron Becerril de Campos para buscar la mejor vida que prometía el norte industrializado.
La transcripción de la citada carta es como sigue:
Pilati (deseo)
Los Corrales de Buelna, Santander
[Sello del Comité local de Izquierda Republicana]
Los Corrales de Buelna, a 15 junio 1936
Señor don Luis Lavín Zamora
Querido amigo y correligionario: en nuestro poder su muy atenta del 13[?]4 por la cual vemos el gran interés que usted pone por el asunto que le hemos confiado, referente al correligionario señor Lobete. Seguidamente me pongo a contestarle y mandarle los datos que en ella nos pide, los cuales le he pedido a él y le adjunto la misma nota que él nos ha entregado referente a la moral del chico, está muy educado y tiene bastantes conocimientos.
Sin más a sus órdenes y reciba el cariño de este su amigo.
[Rúbrica] Desiderio Pilati
Mi nombre Germán Lobete Pedraza, 33 años, casado, deseo si posible fuese colocarme en calidad de chofer, poseo carnet de segunda categoría, expedido en Madrid en el mes de abril de 1927, no he podido adquirir el permiso de primera categoría, primeramente, por falta de medios económicos y segundo por esperar el resultado de unas gestiones por las cuales la Unión Nacional de Conductores de Automóviles trata de obtener de los poderes públicos el cambio del permiso del 2ª categoría por el de 1ª, para aquellas profesionales que llevemos cierto número de años con el de 2ª, no obstante esto puedo conducir coches de turismo o camionetas, pudiendo solucionar cualquier avería que pueda sucederme en el uso de estos vehículos, siempre que no sean de las de «fuerza mayor»
Si esto no fuere posible lo mismo podría desempeñar cualquier cargo como ordenanza, portero, conserje, encargado de almacén o enfermero, de esto último tengo adquirida bastante práctica por haber estudiado un curso de la pequeña carrera de practicante.
Por anticipado, mi agradecimiento más sincero para aquellas personas que por mí se interesan.
[Rúbrica] Germán Lobete.
(Posdata)
Si por dificultades de situación que no son por mí ignoradas no hubiere posibilidad de conseguir mis aspiraciones aquí en España, lo mismo aceptaría un empleo, por pequeño que este fuese, en nuestras posesiones de África, bien fuese en Fernando Poo o Ifni, los rigores del clima no me preocupan puesto que he residido en Filipinas varios años y mi salud no sufrió nada en absoluto5.
Otro dato de interés se reveló con el hallazgo de la partida de matrimonio de Germán y Mercedes en Madrid, marzo de 1931. Fue una sorpresa que contradecía la versión familiar, en la que se daba por hecho el encuentro de Germán y Mercedes en Manila y su posterior matrimonio en esta ciudad. Se reescribe, por tanto, la historia de los abuelos, pues se deduce que la pareja se había conocido en Madrid, donde consta su residencia en aquel año, y una vez casados se trasladaron a Manila, al abrigo de la familia de Mercedes, donde el mismo año nació mi padre Luis.
Difundida la información entre mis segundos primos se completó el relato, pues algunos ya tenían conocimiento de esta historia o partes de ella. Al parecer Germán estuvo empleado como chofer para la familia de mi abuela durante una larga estancia en España que promocionó mi bisabuelo Ezequiel García Zabala, capitán de la Marina Mercante, y afincado en Filipinas.
Entonces, terminado el episodio de la Guerra Civil, y Germán atrapado en España, mi abuela Mercedes tenía sus propios problemas para sobrevivir al conflicto de la segunda Guerra Mundial (1939-1942). Mencionable es el hecho de que tuvo que esconderse en las montañas de la isla de Cebú, durante la ocupación de Filipinas por el ejército japonés.
Germán se estableció en la posguerra en la ciudad de Palencia, donde ejerció como enfermero de hospital hasta su fallecimiento en 1978. Ambos murieron sin la oportunidad de un reencuentro.
Todo indica que mis abuelos no conocieron sus respectivos avatares. Es una historia triste, la historia de una ausencia, también la de un desencuentro definitivo en el mucho tuvo que ver el contexto de la guerra, al margen quedan otros motivos personales que pertenecen solo a los protagonistas ya callados para siempre tras su desaparición.
El encuentro con mis familiares españoles vivos
Otro de mis intereses en esta investigación, y en absoluto secundario, es encontrar a parientes vivos en España. También este objetivo se ha podido cumplir en el transcurso del trabajo investigador. Han surgido contactos en Palencia con la familia que permaneció en Becerril de Campos y ha supuesto una alegría el diálogo con un primo segundo Lobete en Barcelona. Él es el hijo de Agapito Lobete Pedraza, el hermano de mi abuelo, que con toda su familia tuvo que huir de Corrales de Buelna a Barcelona, cuando en 1937 encarcelaron y dieron por muerto a Agapito en la defensa republicana de Gijón, quien, por fortuna, al final sobrevivió. La información intercambiada es valiosa para la historia familiar, y estoy agradecido por haber podido llegar a este contacto que pronto será un encuentro en persona.
Para concluir
Solo cabe terminar manifestando que voy a recordar el año 2017 como muy especial. En febrero yo no sabía prácticamente nada de mis raíces españolas y arrastraba una historia familiar llena de interrogantes y emociones contenidas. En noviembre ya tenía en mis manos un genograma extenso que, por ahora, se remonta a principios del siglo XVII, una historia de mi abuelo que pone letra a las viejas fotografías y un feliz contacto con mis parientes españoles vivos.
Muy pronto espero poder visitar los lugares donde mis antepasados nacieron, se casaron, formaron sus familias y en los que acaecieron sus historias de vida.
La investigación genealógica continúa abierta, pues, como ya se sabe, esta es una tarea lenta, de detalle, y aún quedan cuestiones por resolver, entre otras la pesquisa sobre mi ascendencia filipina.
NOTAS
2 Contratado en 23andMe
3 Archivo Histórico Eclesiástico de Bizkaia, AHEB-BEHA, FamilySearch.org y Geni.com
4 Borrón de tinta por rectificación.
5 CDMH, PS-SANTANDER_O,C.38, exp.8,27
Becerril de Campos: la visita de Donald Lobete a la tierra de sus ancestros. Octubre 2018
Vaya con estas imágenes nuestro agradecimiento al señor alcalde de Becerril, Mario Granda Simón, por su acogida, el tiempo que nos dedicó y las facilidades que procuró. También gracias a la guía cultural Carmen Ortego Reyes por su generosa compañía y muy competente orientación cultural.